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Hic sunt dracones

  • Maca Arena
  • 13 abr 2020
  • 2 Min. de lectura



“Encontrarás dragones” era el mensaje que aparecía en los mapas medievales que simbolizaba el límite de todo aquello que la humanidad no conocía. Los mapas de la época lo dejan bien claro: un boceto de europa, africa, asia… un poco de mar y luego… el fin.

Para evitar que los curiosos se aventurarán al lejano océano los grafistas agregaban dibujos de serpientes tenebrosas y dragones gigantes.


Hic sunt dracones (en latín) fue la frase que espantó a muchos de viajar más allá de las fronteras establecidas. Hic sunt dracones significaba miedo. Pero en verdad, si lo pienso bien, significaba miedo a algo desconocido. Algo que temes, pero que no has visto. Porque llámenme incrédula, pero o los dragones, las sirenas y las serpientes del tamaño de barcos murieron en una tarde repentina o aquí nadie ha visto ningún dragón en los últimos 200 años.


Tenerle miedo a algo real puede tener su punto, pero tenerle miedo a algo que es inventado por nuestra cabeza es aún más estúpido. Y yo que me sentía más informada que las personas del medioevo. Ellos que creían que la tierra era plana. Ellos que no conocían la mitad del “nuevo mundo”. Ellos que insistían que solo a base de miedo se evita la catástrofe.


Ahora sabemos que no nos encontraremos dragones en ese amplio océano, pero cada vez que lo cruzo me imagino que por allí chapotean algunos de mis miedos. Tan grandes como un dragón.


Yo también tengo mi propio mapa mental. Esos límites que creo no poder cruzar. Yo también he creado mis propios dragones. Mis propias sirenas. Mis propias fronteras.

Hic sunt dracones me suena lejano, pero tan cerca al mismo tiempo. Cada vez que hablo con alguien que tiene un mínimo de sinceridad, puedo distinguir sus propias luchas. Sus propios dragones.


Quisiera pensar que, eventualmente, algo en mi cabeza me haga nadar un poco más allá en búsqueda de algo y que por azares del destino vea al monstruo a la cara y le diga: esta historia ya está contada. Ni eres tan grande, ni me tirarás fuego, ni sabes volar.

Hic sunt dracones. Tan fácil como creer que unos metros más te llevarán al destino. Hic sunt dracones. Tan dificil de vencer… aquello del temer a algo que no tiene ni forma, ni voz, ni materialización alguna. Hic sunt dracones es el resumen de nuestra vida. Encontrarás dragones, pero los vencerás como aquel que tuvo que pintar primero una isla (Cuba), luego una playa (El Golfo) y luego un continente entero. De eso va el viaje.

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