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Remontadas

  • Maca Arena
  • 28 ago 2020
  • 2 Min. de lectura


Sé muy poco de tenis. Lo que he aprendido me lo enseñaron dos grandes: Nadal y Federer. Yo siempre fui más de Federer. Ese hombre tiene tanta elegancia que, estoy segura, después de jugar un Roland Garrós podría irse a cenar a un estrellas michelín sin pasar por la regadera y olería bien. Seguro olería a Champagne. Elegancia pura es Roger.

Pero la persona que responde al mote de “mi novio” es un fanático de Nadal. Al parecer los novios no se hacen a medida. Cuando digo que es fan es que se sabe su vida, su filosofía y te podría narrar de memoria cómo fueron los partidos que ganó apoteósicamente su ídolo. Sobretodo los que tuvieron “la remontada”.

Para los que no sean aficionados de romperse el cuello por moverlo de derecha a izquierda indefinidamente viendo una pelota rebotar en dos campos: Rafa Nadal es famoso por tener todo en contra, perder por mucho, con lluvia encima y el viento bailando la macarena en su campo, jugar con un panorama tan gris,… y aún así, remontar el juego y ganarlo.

Sí, al parecer hay gente que no ve un juego perdido hasta que los números se acaban. Antes, todo se puede ganar. Seguro él está pensando que este 2020 todavía promete. ¡JA!

Allá por el 2008 Rafa se enfrentó a Roger Federer en la primera final del Wimbledon. La ambición del español lo llevó a ganar dos sets contra cero. La experiencia del suizo logró el empate. El partido empezó a las dos de la tarde y terminó a las nueve. Hubo casi cinco horas de juego. Varias pausas por lluvia. Si hay algo más que hubiera podido romper la moral de un jugador, seguro también pasó en los vestuarios y no nos hemos enterado. Todo en contra, como el 2020, y va y gana su primer Wimbledon.




Hay una escena en la película Match Point donde se ve cómo una pelota da contra la parte superior de la red a la espera de que la ley de gravedad se decida por a cuál de los jugadores arruinarle el juego. Ese punto en el que vuela y todavía no se ve si ganas o pierdes. Ese microsegundo donde la vida es neutra. Siento que algo así es este agosto del año más raro de la historia reciente.

Puede ser que caiga del lado contrario y nos de un punto a favor que nos anime a seguir jugando. Sentir ese aire fresco de cambio que nos de esperanza a festejar el torneo del resto del año. O al menos una noticia del que en el futuro nos libraremos del bicho.

Pero si la pelota cayera en nuestro campo, si perdiéramos este punto… habrá que llamarle a Rafa Nadal y preguntarle qué demonios se hace para remontar esto. Lo hizo en el 2008, en los 19 torneos Grand Slam que ha ganado, y en cada entrenamiento con lesiones de por medio. Eso sí, ya que estamos pidiendo… si podemos agregarle la elegancia de Federer en la remontada, sería brutal.

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